Desbloqueando el Potencial de los Suplementos Anabólicos: Comprendiendo la Retención de Agua e Hipertensión
Cuando se trata del mundo de los suplementos anabólicos, los entusiastas están bien conscientes de los tremendos beneficios que pueden ofrecer. Sin embargo, junto con estas ventajas, ha habido preocupaciones sobre posibles efectos secundarios, especialmente la retención de agua e hipertensión (presión arterial alta). Es crucial abordar estas preocupaciones de manera equilibrada e informativa, especialmente para aquellos que exploran el mundo de los suplementos y esteroides a través de una tienda en línea.
Tradicionalmente, la retención de agua y la presión arterial alta han estado vinculadas al impacto de las hormonas androgénicas en la retención de sodio y agua a través de las interacciones con los receptores androgénicos del riñón. Además, se ha asociado a los esteroides anabólicos que pueden convertirse en metabolitos estrogénicos con un aumento en la retención de sodio mediante interacciones con los receptores de estrógeno renal. Esta interacción entre andrógenos y estrógenos se ha considerado a menudo la principal causa de la retención de agua asociada con el uso de esteroides anabólicos.
Sin embargo, ha surgido una teoría intrigante que desafía la sabiduría convencional. Investigaciones recientes sugieren la existencia de una explicación previamente pasada por alto para la retención excesiva de agua en algunas personas que usan esteroides. Esta teoría gira en torno a una enzima específica que se encuentra principalmente en los riñones, conocida por su papel en proteger los riñones del cortisol circulante.
En los riñones, los receptores de mineralocorticoides (MRs) desempeñan un papel crucial en la regulación del equilibrio de fluidos y electrolitos. Estos receptores están diseñados para unirse a las hormonas suprarrenales llamadas mineralocorticoides, como la aldosterona, que desencadena la retención de sodio y agua, al tiempo que promueve la excreción de potasio. Es un mecanismo esencial para mantener el equilibrio de fluidos y electrolitos del cuerpo.
Sin embargo, el cortisol, una hormona que circula ampliamente con diversas funciones biológicas, también puede activar estos receptores, causando efectos indeseados similares a los mineralocorticoides en los riñones. Para prevenir esto, los riñones están equipados con una enzima llamada 11b-hidroxiesteroide deshidrogenasa 2 (11b-HSD2), que desactiva el cortisol convirtiéndolo en cortisona antes de que pueda unirse a los MR renales.
Curiosamente, ciertas sustancias pueden inhibir la 11b-HSD2, provocando retención de agua e hipertensión. Un ejemplo es el ácido glicirrético, un componente del regaliz negro. Esta capacidad de inhibición enzimática explica por qué quienes consumen mucho regaliz negro suelen experimentar retención de agua y desequilibrios electrolíticos. Curiosamente, relatos históricos sugieren que Genghis Khan hizo que sus ejércitos consumieran regaliz durante largas marchas para prevenir la sed y la deshidratación, aunque sin conocimiento de la participación de la enzima.
El estudio que mencionamos anteriormente arroja luz sobre el hecho de que muchos esteroides anabólicos tienen la capacidad de bloquear esta enzima, algunos con potencia comparable al ácido glicirrético. Notablemente, se descubrió que la fluoximesterona (halotestin) era tan potente como el ácido glicirrético al inhibir la 11b-HSD2. Esto es comprensible, ya que la fluoximesterona comparte un grupo químico similar (11b-OH) con el cortisol y experimenta metabolismo oxidativo por 11b-HSD2.
La inhibición competitiva de la 11b-HSD2 por la fluoximesterona plantea preguntas sobre la relevancia de esta inhibición enzimática en escenarios del mundo real. Aunque la fluoximesterona no suele asociarse con una retención excesiva de agua, las dosis utilizadas son relativamente bajas (generalmente 20 mg o menos al día). Por otro lado, la oximetolona (anadrol) es conocida por causar retención de agua, a menudo a dosis altas (que van de 50 a 150 mg al día). Esto sugiere que el fenómeno puede estar relacionado con la dosis. Además, existe curiosidad en torno a la metil-1-testosterona, conocida por su extrema retención de agua y efectos hipertensivos; sin embargo, el estudio no investigó este esteroide específico.
Un punto de interés fascinante es que la 11-cetofluoximesterona, un metabolito formado en los riñones como se mencionó anteriormente, se ha encontrado que es un esteroide anabólico más potente que la fluoximesterona en pruebas en animales. Esto plantea preguntas sobre si este metabolito retiene los problemas de inhibición enzimática asociados con disturbios de mineralocorticoides. Quizás, si los desarrolladores de la fluoximesterona hubieran explorado la oxidación del grupo 11b-OH, podrían haber producido un esteroide más saludable y efectivo.
En conclusión, el mundo de los suplementos y esteroides anabólicos es complejo, lleno de beneficios y posibles efectos secundarios. Comprender los mecanismos detrás de estos efectos, incluida la retención de agua e hipertensión, es esencial para las personas que consideran el uso de dichos suplementos. Si bien la inhibición enzimática es un aspecto intrigante a tener en cuenta, se necesita más investigación para comprender completamente sus implicaciones en escenarios prácticos. Mientras exploras el mundo de los suplementos a través de nuestra tienda en línea, te animamos a tomar decisiones informadas y priorizar tu salud y bienestar por encima de todo.
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