El Factor de Crecimiento Muscular (MGF) es una hormona que se produce naturalmente en el tejido muscular dañado, a menudo como resultado de actividades como entrenamientos intensos. Su función principal es facilitar la reparación y el desarrollo de nuevo tejido muscular a través de la proliferación celular. La investigación ha demostrado consistentemente que la estimulación más efectiva del MGF ocurre durante el entrenamiento que combina cargas excéntricas y concéntricas.

Después de un entrenamiento, nuestros niveles de Factor de Crecimiento Similar a la Insulina 1 (IGF-1) y MGF están en su punto máximo. Esta elevación se atribuye en parte a la reducción de las proteínas de unión del IGF-1 (como IGFBP-4) después del ejercicio, que se unen al IGF-1 e inhiben sus efectos anabólicos. La ventana post-entrenamiento es, por lo tanto, un momento ideal para aprovechar los beneficios del MGF y el IGF-1.

Para optimizar la administración de estos factores de crecimiento, es importante imitar el patrón de liberación natural mientras se aumenta su potencia, ya que la administración exógena proporciona una cantidad significativamente mayor que la liberación natural, induciendo artificialmente el proceso de miogénesis.

Resumen del Protocolo:

El protocolo para utilizar MGF y IGF-1 consta de dos fases distintas, cada una con un propósito específico:

Fase 1 - Proliferación Celular (Semanas 1-4):

Durante las primeras cuatro semanas, el enfoque se centra en la proliferación celular desencadenada por la administración exógena de PEG-MGF. Las dosis varían de 1000 a 3000 mcg por semana, divididas en dos aplicaciones semanales. Se recomienda la inyección intramuscular, ya que el MGF es una hormona autocrina perteneciente al músculo esquelético. Adminístrelo inmediatamente después del entrenamiento cuando las proteínas de unión del IGF estén en su nivel mínimo.

Fase 2 - Diferenciación Celular (Semanas 5-8):

Después de la fase de proliferación celular, las semanas 5-8 involucran la diferenciación celular inducida por IGF-1 LR3. Esta fase tiene como objetivo diferenciar las células creadas durante la actividad proliferativa del MGF. Administre IGF-1 LR3 a una dosis de 50-120 mcg diarios, utilizando inyección subcutánea porque el IGF-1 es una hormona endocrina. Inyéctelo dentro de las 6-12 horas después del entrenamiento para evitar inhibir la actividad del MGF producido endógenamente. Este protocolo también debe seguirse en días de descanso. En algunos casos, puede administrarse junto con insulina (siguiendo el protocolo habitual con insulina ultrarrápida) para reducir la descomposición de la proteína de unión del IGF IGFBP-3, prolongando así la vida media del IGF-1.

Este protocolo está diseñado para maximizar los beneficios tanto del MGF como del IGF-1 para el crecimiento muscular. Sin embargo, es esencial consultar a un profesional de la salud o experto en este campo antes de embarcarse en tal régimen. El uso de factores de crecimiento debe abordarse con precaución y con comprensión de los posibles riesgos y efectos secundarios.