Parte 2: La Transformación de los Fisicoculturistas en Monstruos

Un Cambio en los Ideales del Fisicoculturismo

Los fisicoculturistas no siempre han sido considerados monstruosos. En 1901, la rama de historia natural del Museo Británico produjo una estatua a tamaño real de Eugen Sandow, un artista de vodevil y pionero del fisicoculturismo moderno. En ese momento, la física de Sandow era considerada la epítome de la belleza humana, mostrando los ideales de un cuerpo humano perfecto.

La Era del 'Monstruo de Masa'

El cambio hacia la monstruosidad comenzó a mediados de la década de 1980 y se intensificó en la década de 1990, dando lugar al 'monstruo de masa'. Dorian Yates, quien compitió de 1980 a 1997 y aseguró seis títulos consecutivos de Olympia de 1992 a 1997, es a menudo reconocido como uno de los pioneros de esta era del monstruo de masa. Yates apareció en el escenario de Olympia con un peso de aproximadamente 118 kg, una altura de 178 cm y un porcentaje de grasa corporal tan bajo como el 3%. Su bajo porcentaje de grasa revelaba fibras musculares y creaba un aspecto 'granulado'. Esta transición marcó un cambio significativo desde la belleza estética de la edad dorada hacia el énfasis en el tamaño puro.

Monstruosidad en el Fisicoculturismo Contemporáneo

En el fisicoculturismo contemporáneo, la monstruosidad se ha entrelazado con la identidad del deporte. No se trata solo del tamaño, sino también de la antinaturalidad, animalidad y una perfecta reflexión de los desafíos enfrentados por nuestra sociedad.

El Elogio Supremo: Ser un Monstruo

Ser llamado 'monstruo' en el fisicoculturismo es la forma más alta de elogio. Significa no solo un tamaño tremendo, sino también el reconocimiento de la dedicación requerida para alcanzar ese tamaño. Es una expresión de admiración y respeto, indicando que el individuo merece todos los beneficios que conlleva la hiper-muscularidad. Estos fisicoculturistas sirven como figuras aspiracionales, encarnando verdadera monstruosidad en el mundo del fisicoculturismo.

Monstruosidad como Reflejo de la Sociedad

Los monstruos en el fisicoculturismo son más que figuras físicamente imponentes. Reflejan el énfasis de nuestra sociedad en el control y la disciplina corporal. Los fisicoculturistas muestran lo que sucede cuando cada aspecto del ejercicio, la dieta y el uso de drogas de mejora se regula y sistematiza meticulosamente.

Además, los monstruos del fisicoculturismo hacen eco de la evolución de los superhéroes de cómic. Las edades dorada y plateada de los cómics coincidieron con la edad dorada del fisicoculturismo. La transformación de los superhéroes de individuos ordinarios en figuras monstruosas con habilidades increíbles se asemeja a la transformación de los fisicoculturistas en supermutantes.

En conclusión, el concepto de 'monstruo' en el fisicoculturismo va más allá del mero tamaño. Estas monstruosidades representan cambios, desafíos e ideales sociales. Encarnan la búsqueda de la perfección, incluso si eso significa ir más allá de las nociones tradicionales de estética. Los fisicoculturistas que abrazan su monstruosidad no son solo grandes; son poderosas reflexiones de los estándares y aspiraciones en evolución de nuestra cultura.